Nos declaramos fanes incondicionales de la tortilla de patatas, así que uno de los grandes descubrimientos dentro de este "mundillo" fue cuando encontramos una alternativa más saludable de prepararla sin renunciar a su sabor original.
¿Saludable un plato que consiste en su 80% en patata frita? Pues sí, solo hay que buscar la forma de cocinar la patata sin utilizar tanto aceite. ¿Os vais dando cuenta de por dónde van los tiros, no?
En esta receta, por tanto, os mostramos las claves de una tortilla verdaderamente "healthy", apta también para dietas.
Seguramente tod@s sabéis los ingredientes de una tortilla y cómo se hace, así que simplemente vamos a cambiar un par de cosillas de la forma tradicional de hacerla.
En primer lugar, en lugar de freír la patata, vamos a cocinarla en la bandeja del horno. Para ello, ponemos un papel de hornear sobre la bandeja y esparcimos nuestra patata ya cortada como siempre (mejor tirando a fina, que hay quien la corta más gruesa). Le ponemos un poco de sal por encima y unas gotitas de aceite de oliva, como veis en la imagen.
La patata va a necesitar aproximadamente 20-25 minutos al horno a 200º con la bandeja colocada lo más arriba posible. Si queréis que quede cocinada por igual, más o menos a la mitad del tiempo, moverlas con una espátula; a nosotras nos gusta encontrarnos algún trocito de patata crujiente, así que este paso lo omitimos.
El siguiente paso es coger un recipiente y batir los 3 huevos y las 3 claras. Podéis variar la proporción de huevos y claras en función de vuestros gustos y necesidades nutricionales, así como también podéis optar por utilizar los huevos enteros, si no os hacen gracia las claras, pero nosotras restamos calorías a la tortilla de esta forma.
Al huevo batido hay que añadirle las especias que os apetezcan. Simplemente con sal está perfecta, pero una buena combinación es ponerle un toque de ajo en polvo, otro de cebolla en polvo, un poco de orégano y algo de pimentón de la vera dulce (si le ponéis bastante parece que la tortilla tiene chorizo).
Lo que nos queda ahora es echar nuestra patata ya cocinada en la mezcla anterior y mezclar bien. Podemos dejar reposar la mezcla e ir moviéndola para que la patata absorva bien el huevo.
Calentamos una sartén lo más antiadherente posible, la untamos con aceite de oliva con un papel de cocina y vertemos nuestra mezcla. Os toca decidir si la queréis bien jugosita (Betanzos style) o más pasada, darle la vuelta y degustar.
Que no se os olvide una cremita de verduras o una ensaladita para acompañar esta maravilla y hacer del menú un plato completísimo.
¡Que aproveche!
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