Raxo de pollo

Una de las tapas más típicas en Galicia es el raxo. El raxo, tradicionalmente, es carne de cerdo, de la parte del lomo, cortada en dados, marinada varias horas en una mezcla de ajo, perejil, aceite y sal; y salteada posteriormente. No obstante, en cada bar lo hacen de una forma distinta, con pimiento rojo, con pimientos de padrón, con champiñones, al cabrales... De hecho, hoy en día, es muy habitual encontrar la versión de pollo del raxo, mucho más suave. 

A nosotras, personalmente, es un plato que nos encanta, así que lo hacemos mucho en su versión más sana (básicamente usando pechuga de pollo y sin bañarla en aceite, como hacen en los bares), con algún que otro detalle más que le da un montón de sabor. 

Seguid leyendo y quedaros con esta receta tan sencilla para diario, que queda ideal acompañada de un arrocito integral en blanco o con nuestras patatas "deluxe". 

Los ingredientes que solemos utilizar son, más o menos, para dos personas son:

- 2 pechugas de pollo (calculamos una por persona, pero si es muy grande, tan solo utilizamos una);

- 1 pimiento rojo pequeño, cortado en tiras;

- 1 cebolla mediana o 2 cebolletas, en juliana;

- 1 diente de ajo picado;

- champiñones laminados al gusto (opcionales);

- salsa de soja reducida en sal;

- vino blanco;

- sal y pimienta;

- 3 quesitos light o un trocito de queso tierno ligero;

- caldo de pollo.

Solo tenemos que picar las verduras y cortar la pechuga de pollo en dados. Ponemos un chorrito de aceite de oliva en una sartén y pochamos bien las verduras en este orden: el pimiento, la cebolla, los champiñones y el ajo. A continuación, añadimos el pollo y dejamos que se dore bien por todas sus caras. Añadimos un chorrito de vino blanco y un chorrito de salsa de soja y dejamos que reduzca. Cuando se empiece a pegar y la mezcla nos pida "líquido" ponemos un poco de caldo de pollo, añadimos las especias y los quesitos y dejamos a fuego lento hasta que el pollo esté cocinado y nos quede el espesor deseado de salsita.