Cómo hacer gachas/porridge de avena: receta básica y diferentes propuestas

Una de las primeras recetas que aprendimos al iniciarnos en esto de la "healthy life" es la de las gachas de avena. Tan poco vistosas pero tan reconfortantes para desayunar esas mañanas fresquitas de invierno, tan versátiles para añadirle los sabores y frutas que más nos gustan...

Hay varias maneras de hacerlas, así que aquí os explicamos cómo las hacemos nosotras y os mostramos diferentes variedades de gachas (o porridge) que solemos desayunar.

La receta de gachas básicas es bien sencilla, aunque hay varias formas de hacerla. Nosotras normalmente ponemos en un recipiente o bowl unas cuatro cucharadas de copos de avena (también podéis utilizar salvado, pero a nosotras nos gustan más los copos).

Si tenéis microondas: poned stevia o edulcorante y cubridlas con agua (no solo cubrir, sino que sobren como dos dedos de agua). Podéis utilizar leche en lugar de agua pero nosotras preferimos ponerles leche fría cuando ya están cocidas. El siguiente paso es introducir el bowl en el microondas a potencia máxima, más o menos 4-5 minutos, hasta que hayan absorbido el agua. Hay que vigilar porque dependiendo de la potencia de vuestro micro pueden estar listas antes y os advertimos de que eso puede acabar en desastre (las gachas crecen, suben y empiezan a salirse del recipiente). Una vez las sacamos les ponemos un chorrito de leche fría (la leche que utilicéis habitualmente) y ya estarían listas para comer (ojo que queman). 

Para hacerlas de la manera tradicional (en el fuego), coged un cazo, poned la avena y el endulzante que utilicéis y cubrirlas con agua o leche. Id removiendo con el fuego bajito hasta que absorban el líquido. Esta opción es un poco más lenta pero el olor que queda en la cocina es digno de experimentar, además de que es más fácil controlar la textura, según si las queréis más o menos líquida. 

Lo que viene ahora ya es puramente customización. Podéis ponerles prácticamente de todo, porque con la avena hay pocas cosas que no queden bien.

Nuestras versiones favoritas son éstas:

Gachas con canela. Es como tomarse un arroz con leche. El truco es dejarlas bastante sueltecitas de leche y, si queréis, ponerles un poquito de ralladura de naranja por encima. Son deliciosas.

Gachas con cacao. Si sois chocolater@s, probad a ponerle una cucharadita de cacao puro en polvo (no os olvidéis del endulzante). Son nuestra primera opción cuando nos despertamos con el día goloso.

Gachas con frutas y frutos secos. Podéis ponerle las frutas y los frutos secos que os apetezcan en ese momento. Los arándanos y las frambuesas le van fenomenal, con plátano son super energéticas, con manzana, canela y nueces saben a pastel de manzana... Podéis hacerlas hasta con sabor a "carrot cake" si ralláis zanahoria y les ponéis nueces picadas, pasas y canela. Probad y descubrid qué sabor os gusta más. ¡Os recomendamos encarecidamente que las hagáis con coco seco rallado! (son nuestras favoritas).

Gachas con yogur o queso batido. Una manera más fresquita de tomar las gachas. Solo tenemos que mezclar nuestra base con yogur o queso fresco batido, edulcorante y las frutas que queramos.