domingo, 22 de noviembre de 2015

Iniciación a la vida sana

Se acerca fin de año y estamos seguras de que uno de los propósitos que más os vais a plantear para el año nuevo va a ser el de comenzar a llevar una vida mucho más sana: que si empezar a hacer ejercicio, que si retomar buenos hábitos alimenticios, que si bajar los kilos que me sobran...


Con este post pretendemos daros unos pequeños consejos que os guíen un poquito para que vuestro propósito se cumpla, o lo que es lo mismo, nuestra "iniciación a la vida sana".





Antes que nada, tenéis que pararos a pensar que adquirir unos hábitos saludables no es sinónimo de estar a dieta. Es muy importante que os quitéis de vuestras cabecitas el concepto de dieta porque no es lo que estamos planteando aquí. Otra cosa es que os hagan falta bajar unos kilos y que organicéis vuestra alimentación temporalmente, dentro de unos hábitos saludables, para conseguir ciertos objetivos pero la vida sana no es eso, sino una forma de vida (para toda la vida, valga la redundancia) . No obstante, está claro que si hoy en día coméis mal y lleváis una vida sedentaria y, de repente, empezáis a comer bien y a hacer algo de ejercicio, uno de los efectos colaterales será, seguramente, una bajada de peso. Si este es vuestro objetivo, desde luego os recomiendo esta forma de vida para ello, ya que es una manera lenta pero eficaz y duradera para conseguirlo (de hecho, nosotras nos deshicimos de unos cuantos kilos con ella). No obstante, como ya anticipamos, aquí no vamos a hablar de "healthy life" y adelgazamiento, sino de su significado real: desarrollar e interiorizar una serie de hábitos cotidianos que nos hagan sentirnos bien en y con nuestro cuerpo, más ágiles, más activos y, en definitiva, más saludables de cara al presente y al futuro.

¿Cuáles son las claves de esta forma de vida? En nuestra opinión, son dos:  comer con cabeza y mantenerse activo. Tanto para una cosa como para otra tenemos que tener siempre de fondo el hecho de que queremos modificar unos hábitos para toda la vida, así que no vale con dedicarse a comer siempre lo mismo y a hacer el mismo tipo de ejercicio todos los días, puesto que acabaremos aborreciendo tanto una cosa como otra y nuestro cerebro lo procesará como una rutina tipo "dieta", nos aburriremos y finalmente, acabaremos cayendo de nuevo en nuestros anteriores hábitos. Por eso, nuestra recomendación es que experimentéis, busquéis alternativas, investiguéis y variéis mucho tanto en el plano de la alimentación como en el del ejercicio.

ALIMENTACIÓN

Vida sana no es igual a ensalada. Vida sana es comer de todo en cantidades equilibradas. Comer una ración de pasta a diario está dentro de lo saludable, que nuestro plato principal todos los días sea un platazo de pasta con nata y bacon, no es sano; tomar un poco de chocolate después de comer es sano, merendarse una tableta de chocolate todos los días no. Pero esto es muy obvi, ¿verdad? Tod@s sabemos lo que es sano y lo que no, y si no lo sabemos, primero tenemos que informarnos, que anda que no hay libros, páginas web y profesionales médicos a los que preguntar. 

Aquí van unos pequeños "tips" o consejos para empezar a comer sano:

  • Si eres muy goloso, te encanta el chocolate, las golosinas, la bollería... No saques estas cosas de golpe, ve reemplazándolas por alternativas más sanas: azúcar blanco por miel, sirope de ágave, stevia u otros edulcorantes naturales. Investiga por la red recetas que te puedan gustar, hay bizcochos, tortitas, bombones, magdalenas, etc. elaborados con ingredientes sanos que saciarán tu antojo de dulce y que aún encima te nutrirán, no serán calorías vacías. En nuestra sección de recetas podéis encontrar unas cuantas.

  • No te prives. En el momento en que hayas probado las tortitas de avena para desayunar, los brownies de cacao puro, las hamburguesas sanas, las cremas de verduras o las pizzas caseras, directamente no te apetecerá tanto acudir a la sección de alimentos preparados del super o pedir comida rápida. Aún así, deja que esto llegue, de nada sirve privarse totalmente de "guarrindongadas" porque esto reafirmará el concepto de dieta del que hablábamos. La vida está para vivirla y para disfrutarla, y comer de todo debe formar parte de esa vida. Busca el equilibrio. Si llevas una vida sana, normalmente comes equilibrado y haces ejercicio, no pasa absolutamente nada por ir a cenar a tu restaurante favorito o tomar palomitas y chuches un domingo de peli y manta. Es importante hacerlo y sin remordimientos, recuerda que esto es para toda la vida, y no quieres estar toda la vida privándote de cosas que te apetecen, ¿verdad?


  • Equilibra. Un plato equilibrado lleva un poco de todo: verduras, proteínas e hidratos de carbono. Una ensalada con huevo cocido, pavo, aguacate y tomates cherry es un plato equilibrado, pero un guiso de carne, patata y verduritas también lo es. No hay que huir de la cocina y de los platos calientes. Insistimos: hay más vida después de las ensaladas; y si hacemos arroz o pasta, no tiene por qué ser en blanco, puedes hacer un montón de salsas que no estén hechas a base de mantequilla, aceite, nata o tomate frito de brick. Las lentejas no tienen por qué hacerse con chorizo, morcilla y panceta (que si las haces así porque es como te gustan, perfecto, pero después no meriendes un bocata de chorizo y cenes huevos con patatas fritas... ¿Qué tal una super crema de calabaza especiada con un pescadito al horno para cenar? Solo hace falta sentido común, pero ojo con esto porque tampoco se trata de compensar. Una cosa es que equilibremos nuestra alimentación pero otra muy distinta (y nada saludable, para nuestra forma de verlo) es comer mal y después compensarlo con muchísimo ejercicio, restringiendo comidas o dejando de comer por el resto del día (eso no está bien, "y lo sabéis").


  • Ansiedad. Si comiendo "sano" sientes ansiedad por la comida, puede ser (aparte de por mil motivos psicológicos o de tu situación personal) porque no estés haciendo algo bien, por ejemplo, porque estás privando a tu cuerpo de nutrientes, o porque sigues teniendo en la cabeza que esto es una dieta. Nos parece interesante este cuadro para reconocer si esta ansiedad por la comida es real (producida por el "hambre") o generada por mi cerebro.


  • Compra con cabeza. Al principio, si eres totalmente nuevo en esto, te será más cómodo diseñar tus menús semanales en una hoja y hacer la compra en función a esta. Haz la lista antes de ir a la compra e intenta ceñirte a ella, porque si no ya sabes lo que puede pasar, irás direct@ a lo que sueles comprar por inercia o a caprichitos que en verdad no necesitas. Por otra parte, no vayas a comprar con hambre, porque si no te costará todavía más el hecho de ceñirte a una lista. Una vida sana también es una vida responsable, así que llévate un carrito y no malgastes plásticos y huye de la fruta y verduras envasadas. Por supuesto, siempre que puedas, recurre al comercio del barrio y a las tiendas especializadas: fruterías, carnicerías, panaderías..., antes que a las grandes superficies.

ACTIVIDAD FÍSICA

Y con respecto al ejercicio físico, al igual que con la comida, no es posible pasarse del lado "vago" a ser un portento físico que sale a correr a diario (ni tampoco es necesario). Lo ideal es que busques una actividad que te guste, que disfrutes haciéndola. En el apartado de "Ejercicio físico" del blog encontraréis un post para comenzar a hacer ejercicio o mantener la motivación por el mismo, pero en resumen...

  • Varía, no hagas siempre lo mismo: los lunes date unos largos en la piscina, los miércoles hazte una caminata por tu ciudad, los sábados organiza una pachanguita con tus amigos, los domingos ponte música en casa y a bailar como si no hubiese mañana antes de meterte en la ducha. Disfrutar de la actividad física en cuestión hará que no dejes de hacerla pasados los meses.

  • Ve aumentando frecuencia e intensidad. Por ejemplo, si empiezas a caminar, hazlo poco a poco, el primer día sal 15 minutos, el segundo 16, el tercero 17... Ve aumentando el paso a medida que vayas ganando fondo y resistencia. A mi esto me resulta más motivador que hacer el mismo recorrido durante el mismo tiempo y al mismo ritmo siempre, porque tienes la sensación de que te vas superando cada día un poco más. Para esto, es interesante buscar entrenamientos en internet y llevar una especie de diario de ejercicio. Algunas aplicaciones para smartphone como Runkeeper podrían servirte de apoyo.

  • Busca "rehenes". Todos sabemos que sufrir en compañía es menos sufrimiento jaja. Estoy exagerando, ya que en ningún momento el ejercicio ha de ser sufrimiento, pero ya sabemos a qué nos referimos ¿verdad? Hacer ejercicio acompañado es sinónimo de éxito, a no ser que te juntes con un vago que te incite a parar en el primer bar que os cruzáis a tomar algo jeje. 

  • ¿Calidad o cantidad? Normalmente siempre preferimos calidad a cantidad, ¿no?, pero, ¿qué vale más, darse el atracón de ejercicio un día, y pasarse sentado el resto de la semana, o hacer un poquito cada día? Sin duda, hacer un poquito cada día, o varias veces por semana, es mucho más efectivo para nuestro "propósito de año nuevo". El hecho de mantener el cuerpo activo lo notaremos no solo físicamente si no también en nuestro estado de ánimo. 

  • El hábito hace al monje. Esto es así. Se dice que un hábito se forma en 21 días. Una vez pasada la barrera de las primeras semanas de "me da pereza", "estoy cansado", "mañana hago el doble", etc., prueba a hacerlo durante 21 días y verás como después lo que te da pereza es no incluir en tu rutina diaria un poco de "marcha". El cuerpo te lo va a pedir y te sentirás raro si no haces algo. Piensa que el movimiento es algo natural, no nacimos para estar sentados todo el día, si no nuestro cuerpo tendría otra forma.

  • ¿Excusas? El día tiene 1440 minutos, ¿en serio no podemos utilizar 30 en movernos un poco?  Nos quedan 1410 para todo lo demás. No soy para nada fan del movimiento "no excuses", me parece una forma muy obsesiva de ejercicio: gente que entrena día sí y día también, que si se come un helado se machaca después en el gimnasio para quemarlo, que aunque su cuerpo le pida a gritos descanso se cogen sus bártulos y se marcan una sesión de ejercicio de hora y media... Me parece respetable y que tienen una fuerza de voluntad envidiable, pero yo creo que si no nos vamos a dedicar de manera profesional al deporte o buscamos unos objetivos concretos, estos hábitos no son factibles ni duraderos, no es posible hacer eso por resto de nuestra vida... Hay que saber diferencias las excusas que nos ponemos que ni nosotros mismos nos creemos, de las excusas reales. En este caso, es más importante escuchar a nuestro cuerpo que al cerebro y ser honest@s con nosotr@s mism@s.

Creemos que si seguís un poco por encima todas estas pautas no tendréis ningún problema en iniciaros en este estilo de vida y manteneros en él. Nosotras es algo que disfrutamos y, aunque muchas veces nos caen "vaciles" por el tema (porque curiosamente en ocasiones está mal visto o no se entiende que una persona quiera cuidarse, comer bien y hacer ejercicio por gusto o porque es lo que nos apetece y nos pide el cuerpo), es algo que nos hace feliz y que ya forma parte de nuestra vida.

Como ya mencionamos en alguna ocasión, no somos ningunas expertas ni tenemos ningún estudio sobre nutrición, dietética, educación física o psicología, pero todo lo que aquí vertemos es fruto del sentido común, de nuestra propia experiencia, de leer mucho y de compartir información con otras personas interesadas en esto de la "vida sana", así que os invitamos a que lo probéis y empecéis hoy mismo (nada de esperar al lunes jeje).

Mucho ánimo y "don't worry, be healthy".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos encanta recibir tus comentarios. Gracias :)