Época de semana santa y, por tanto, olor a torrijas por doquier. Nosotras somos muy de antojos, y es ver una imagen de la típica torrija de abuela y comenzamos a salivar...jiji.
Por supuesto, no podíamos dejar pasar la oportunidad de "healthyficar" esta receta tan tradicional, eliminando de ella el azúcar y prescindiendo de la fritura.
De esta forma, podemos disfrutar de este plato de una forma más ligera, sin dejar de lado ese sabor tan especial que tantos recuerdos nos trae.
Si andáis metidos en el mundillo "healthy" desde hace un tiempo, ya conoceréis esta forma de cocinarlas, pero si os acabáis de iniciar, os vendrá genial. Es super fácil, así que vamos allá.
Nosotras hemos utilizado pan de molde integral porque es el que teníamos por casa (festivo=pijama=aquínosebajaniaporelpan), pero podéis hacerlas con cualquier tipo de pan, y si es de el día anterior, mejor que mejor.
Una vez tengáis las rodajas de pan, tenéis que remojarlas en la siguiente mezcla:
- Huevos o claras de huevo (si queréis restarles calorías, utilizad solo claras, si no, el huevo entero).
- Leche desnatada o vegetal (a nosotras nos gusta el regustillo que le deja la leche de soja).
- Endulzante (estevia, edulcorante, azúcar moreno; vosotros decidís...).
- Ralladura de limón y naranja.
Nosotras hemos utilizado pan de molde integral porque es el que teníamos por casa, pero podéis hacerlas con cualquier tipo de pan.
Cuando el pan esté bien remojadito (tampoco os paséis, que si no se rompe), calentamos bien una sartén ANTIADHERENTE (esto es muy importante, para no tener que utilizar aceite) y las planchamos por las dos caras, hasta que estén tostaditas.
Las pasamos a un plato y espolvoreamos canela por encima. Ya podemos degustarlas y disfrutar de esta delicia calentita, aunque frías también molan.
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