lunes, 4 de abril de 2016

Panecillos integrales de tomate seco y orégano

¡Que levanten la mano los adictos al pan! Nosotras lo somos, y mucho. Nos gusta incluirlo en nuestra alimentación a diario, ya sea en el desayuno como para resolver alguna cena (a base de tostas variadas).


Si lo tomáis con cabeza, podéis tomar pan a diario hasta si estáis a dieta para adelgazar. La clave está en el equilibrio y en combinar bien los alimentos a lo largo del día (y, por supuesto, no atiborrarse con él, siempre eligiendo raciones razonables).


En esta receta os explicamos cómo hemos hecho estos deliciosos panecillos de tomate seco y orégano, que combinan genial, por ejemplo, con un poquito de jamón serrano, tomate rallado, aceite de oliva y sal.


Como la mayoría de los panes naturales, es mejor consumirlos en el día, puesto que tienden a endurecerse, pero si os quedan para el día siguiente, solo tenéis que tostarlos un poquito antes de comerlos.









El procedimiento que hemos seguido es el siguiente:


En primer lugar, ponemos los dos sobres de levadura en el vaso de agua tibio, removemos y dejamos reposar 5 minutos. 

Mientras tanto, mezclamos las dos harinas con el tomate seco cortado en trocitos pequeños, la sal y el orégano, y lo disponemos todo en un recimiente con un huequito en el centro.

En el hueco, verteremos la mezcla de levadura y agua y la cucharada de aceite de oliva.

Vamos empujando la harina hacia el hueco poco a poco, para que se vaya mezclando todo. Cuando tengamos una masa bastante compacta, comenzaremos a amasarla sobre la encimera (con harina espolvoreada para que no se pegue), aproximadamente 10 minutos, hasta que la masa no se pegue y sea bastante elástica. En caso de que se os pegue demasiado, podéis añadirle un poquito más de harina, y si, por el contrario, está demasiado seca, podéis humedeceros las manos con agua.

Ahora vamos a reposar la masa hecha una bola durante, más o menos, una hora, en un ambiente calido. Veréis que, pasado ese tiempo, la masa estará mucho más esponjosa y habrá aumentado su tamaño,

A continuación, vamos a hacer bolitas (nosotras hicimos 9 bolitas de 100 gramos cada una) y las disponemos sobre la bandeja del horno cubierta con papel vegetal. Dejamos reposar otro ratito, hasta que vuelvan a crecer un poco más.

Horneamos a 200º durante, más o menos, 30 minutos (hasta que queden doraditos). Podéis pintar la superficie con huevo batido para que quede un aspecto brillante, pero esto es solo una opción.










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