Una de las galletas más conocidas y amadas por casi todo el mundo son las Oreo. Será por su galleta, por su crema, por su capacidad de hacer que no puedas comer solo una o por lo bien que quedan en recetas guarrindonguis tipo brownie o cheescake.
Sea lo que sea, está claro que sanas, lo que se dice sanas, no son, y no hay más que mirar sus ingredientes y valores nutricionales para percatarse, así que les hemos dado alguna que otra vuelta (de 360º más bien) y hemos conseguido la receta perfecta para quitarse el antojo de estas galletas en cualquier momento
Para ello, nos hemos aliado con la harina de algarroba y el cacao puro y el resultado ha sido el siguiente:
Para hacer, aproximadamente, 15 galletas oreo, hemos utilizado las siguientes cantidades de ingredientes:
- Para la galleta:
- 60 gramos de harina de algarroba,
- 50 gramos de harina de trigo integral, de avena, de garbanzo o de espelta,
- 30 gramos de cacao en polvo puro sin azúcares añadidos,
- 2 huevos (sustituibles solo por claras, si estáis en dieta hipocalórica),
- 1 cucharada de aceite de oliva o de coco,
- vuestro endulzante habitual,
- 1 cucharadita de bicarbonato,
- 1 cucharadita de esencia de vainilla,
- 1 pizca de sal.
- Para el relleno:
- 1 tarrina de 200 g de queso cremoso ligero,
- endulzante,
- unas gotitas de esencia de vainilla,
- dos láminas de gelatina.
- dos cucharadas de leche (desnatada, de soja, de avena...).
El procedimiento es muy sencillo. Por un lado vamos a preparar la masa de galletas; para ello, mezclamos los ingredientes secos (harinas, cacao, bicarbonato y sal), le agregamos en el medio los húmedos (endulzante, huevos, esencia y aceite) y comenzamos a mezclar con las manos hasta que la podamos amasar. Cuando tengamos una masa no pegajosa, hacemos un cilindro con el diámetro del tamaño de una oreo y lo guardamos en la nevera un rato. Cuando esté bien duro, laminamos el cilindro teniendo como referencia el grosor de las galletas Oreo y las vamos colocando sobre un papel vegetal. Horneamos durante 15 minutos a 200º y dejamos enfriar.
Mientras horneamos, podemos ir preparando el relleno. Para ello, ponemos en un recipiente toda la tarrina de queso junto con el aroma de vainilla y el endulzante. Hidratamos las hojas de gelatina y las deshacemos en la leche bien caliente, que agregaremos posteriormente al queso. Mezclamos bien y enfriamos en la nevera hasta que tengamos una crema consistente.
Para rellenarlas, esperad a que ambas preparaciones estén bien frías. Cogemos una mitad, le ponemos un poco de la crema y las cerramos con la otra mitad. Ya solo queda disfrutarlas tal cual o mojarlas en un vaso de leche, como las típicas Oreo.
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