¡Que levanten la mano los adictos al pan! Nosotras lo somos, y mucho. Nos gusta incluirlo en nuestra alimentación a diario, ya sea en el desayuno como para resolver alguna cena (a base de tostas variadas).
Si lo tomáis con cabeza, podéis tomar pan a diario hasta si estáis a dieta para adelgazar. La clave está en el equilibrio y en combinar bien los alimentos a lo largo del día (y, por supuesto, no atiborrarse con él, siempre eligiendo raciones razonables).
En esta receta os explicamos cómo hemos hecho estos deliciosos panecillos de tomate seco y orégano, que combinan genial, por ejemplo, con un poquito de jamón serrano, tomate rallado, aceite de oliva y sal.
Como la mayoría de los panes naturales, es mejor consumirlos en el día, puesto que tienden a endurecerse, pero si os quedan para el día siguiente, solo tenéis que tostarlos un poquito antes de comerlos.
El procedimiento que hemos seguido es el siguiente:
En primer lugar, ponemos los dos sobres de levadura en el vaso de agua tibio, removemos y dejamos reposar 5 minutos.
Mientras tanto, mezclamos las dos harinas con el tomate seco cortado en trocitos pequeños, la sal y el orégano, y lo disponemos todo en un recimiente con un huequito en el centro.
En el hueco, verteremos la mezcla de levadura y agua y la cucharada de aceite de oliva.
Vamos empujando la harina hacia el hueco poco a poco, para que se vaya mezclando todo. Cuando tengamos una masa bastante compacta, comenzaremos a amasarla sobre la encimera (con harina espolvoreada para que no se pegue), aproximadamente 10 minutos, hasta que la masa no se pegue y sea bastante elástica. En caso de que se os pegue demasiado, podéis añadirle un poquito más de harina, y si, por el contrario, está demasiado seca, podéis humedeceros las manos con agua.
Ahora vamos a reposar la masa hecha una bola durante, más o menos, una hora, en un ambiente calido. Veréis que, pasado ese tiempo, la masa estará mucho más esponjosa y habrá aumentado su tamaño,
A continuación, vamos a hacer bolitas (nosotras hicimos 9 bolitas de 100 gramos cada una) y las disponemos sobre la bandeja del horno cubierta con papel vegetal. Dejamos reposar otro ratito, hasta que vuelvan a crecer un poco más.
Horneamos a 200º durante, más o menos, 30 minutos (hasta que queden doraditos). Podéis pintar la superficie con huevo batido para que quede un aspecto brillante, pero esto es solo una opción.
me declaro FAN muy FAN de tu blog!!!!
ResponderEliminarbesos rojos por doquier!